La Fuerza Aérea de Ucrania confirmó este 12 de abril la pérdida de un caza F-16 Fighting Falcon y el fallecimiento de su piloto, el capitán Pavlo Ivanov, de 26 años, durante una operación de combate. La noticia se produjo tras varias horas de especulación en redes sociales, donde comenzaron a circular reportes sobre la caída de una aeronave de combate ucraniana.
La institución militar no ofreció detalles sobre las circunstancias ni la ubicación del incidente. Sin embargo, el Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que sus sistemas de defensa aérea fueron responsables del derribo, señalando que la aeronave fue alcanzada por un misil tierra-aire. Se trata de la segunda pérdida confirmada de un F-16 ucraniano desde que comenzaron a operar con este modelo en 2024.
La pérdida se convirtió en la segunda registrada oficialmente por Ucrania desde que incorporó el F-16 a su flota aérea. El primer incidente había ocurrido en agosto de 2024, poco después de la llegada de los primeros aviones provenientes de Dinamarca. En esa ocasión, también se confirmó la muerte del piloto, Oleksiy Mes.
El Ministerio de Defensa de Rusia declaró, a través de su canal oficial de Telegram, que el derribo del F-16 fue llevado a cabo por sistemas de defensa antiaérea rusos. Aunque las Fuerzas Armadas ucranianas no confirmaron esta versión, informes de blogueros militares rusos y ucranianos coincidieron en señalar que el avión habría sido alcanzado por un misil tierra-aire.
El presidente Volodímir Zelenski reaccionó al suceso expresando sus condolencias a la familia del piloto y destacó el esfuerzo diario de la aviación ucraniana: “Los mandos militares han proporcionado los informes necesarios sobre esta situación de combate. Estamos estableciendo todas las circunstancias. Los F-16 ucranianos, junto con los Mirage y los MiG, toda nuestra aviación de combate cumple heroicamente sus misiones, defendiendo nuestro Estado y apoyando las operaciones terrestres”.
Desde su entrada en operación, los cazas F-16 han sido asignados inicialmente a misiones de defensa aérea sobre Kiev e interceptación de misiles y drones. Sin embargo, con el paso del tiempo y el aumento de la flota, sus funciones se ampliaron a operaciones ofensivas, incluyendo bombardeo y apoyo aéreo cercano. El general estadounidense Christopher Cavoli, comandante supremo aliado en Europa, confirmó recientemente ante el Comité de Servicios Armados del Senado que los F-16 ucranianos “vuelan todos los días”, ejecutando ataques en el este del país y neutralizando amenazas aéreas.
Actualmente, Ucrania dispone de aproximadamente 18 F-16 operativos entregados por Dinamarca y Países Bajos. Estos forman parte de una transferencia de hasta 80 unidades comprometidas por Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Bélgica. El primer lote fue recibido en julio de 2024 y las entregas han continuado durante los meses siguientes.
La integración del F-16 —un caza de cuarta generación capaz de alcanzar velocidades superiores a Mach 2 y equipado con radar multifunción— representa un intento por reducir la superioridad aérea rusa. No obstante, la intensificación del uso operativo de estas aeronaves también ha incrementado su exposición al combate, con el consecuente riesgo de pérdidas humanas y materiales.
Mientras la Fuerza Aérea ucraniana continúa operando en condiciones sumamente complejas, una comisión interdepartamental ha iniciado la investigación para esclarecer las circunstancias del último incidente. Las autoridades militares no han descartado hipótesis que van desde fallas técnicas hasta fuego amigo, aunque por ahora, ninguna de estas versiones ha sido confirmada oficialmente.
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Un F-16C de la Fuerza Aérea de Ucrania fue derribado por Rusia, es el segundo caza de este tipo derribado en la guerra |