Corea del Norte ha dado un nuevo paso en su programa de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) con la revelación del Saetbyol-4, un dron de gran altitud y larga autonomía (HALE) que muestra una notable similitud con el RQ-4 Global Hawk estadounidense. Su presentación, realizada durante la Exposición de Armas y Equipos 2023 en Pyongyang, ha generado gran interés internacional, tanto por su diseño como por sus implicaciones estratégicas.
El Saetbyol-4, cuyo nombre se traduce como “Estrella de la Mañana-4”, representa un avance significativo para una nación sometida a estrictas sanciones internacionales. Con una envergadura estimada en 35 metros, alas altas y una cola en V, su perfil aerodinámico imita el del Northrop Grumman RQ-4. Sin embargo, más allá de su apariencia externa, las capacidades reales de esta aeronave aún están en entredicho.
El RQ-4 Global Hawk, desarrollado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) y operado desde principios de los 2000, es una de las plataformas HALE ISR más avanzadas del mundo. Capaz de volar a más de 18 km de altitud durante más de 30 horas, está equipado con un motor turbofán Rolls-Royce AE 3007H y un sofisticado conjunto de sensores, que incluyen radar de apertura sintética (SAR), cámaras electroópticas/infrarrojas (EO/IR) y sistemas de inteligencia de señales (SIGINT).
En contraste, la tecnología del Saetbyol-4 sigue siendo un misterio. Analistas sugieren que su desarrollo podría haberse basado en imágenes satelitales, ingeniería inversa de sistemas recuperados o asistencia técnica limitada de terceros. Sin embargo, es improbable que Corea del Norte tenga acceso a sensores EO/IR de alta resolución, enlaces de comunicación satelital en tiempo real o radares SAR comparables a los de la OTAN.
Uno de los principales interrogantes es el sistema de propulsión del Saetbyol-4. Dado que Corea del Norte no ha demostrado capacidad para fabricar motores turbofán avanzados, es probable que la aeronave utilice un turborreactor comercial modificado o un motor de baja derivación procedente de plataformas más antiguas. Esto limitaría su rendimiento, reduciendo su altitud operativa a un rango estimado de 12 000 a 15 000 metros y su autonomía a entre 12 y 18 horas, dependiendo de la carga útil.
Pese a estas limitaciones, el diseño del dron sugiere un propósito claro: la vigilancia estratégica de movimientos militares en la península de Corea, la monitorización de actividad naval en el Mar Amarillo y el Mar de Japón, e incluso la posible detección de sistemas de alerta temprana de misiles balísticos. Algunos analistas especulan que la plataforma podría evolucionar hacia misiones de guerra electrónica o incluso ataque, en línea con el desarrollo de municiones merodeadoras y UAVs de ataque guiados con precisión.
El Saetbyol-4 ha generado respuestas inmediatas en la región. Corea del Sur ha intensificado el desarrollo de tecnologías antidrones, incluyendo radares especializados, armas de energía dirigida y sistemas de interferencia electrónica. Japón, por su parte, ha manifestado su intención de reforzar su defensa aérea con sistemas anti-UAV en puntos estratégicos. Estados Unidos, mientras tanto, continúa expandiendo su red ISR y mejorando sus defensas contra amenazas asimétricas como esta.
Más allá de su viabilidad operativa, el Saetbyol-4 también cumple una función simbólica. Su desarrollo refuerza la narrativa de que Corea del Norte está avanzando en el ámbito aeroespacial, buscando reducir la brecha tecnológica con las grandes potencias. Aunque el dron aún no iguala las capacidades de sus homólogos occidentales, su existencia demuestra que Pyongyang sigue apostando por soluciones propias para desafiar la superioridad tecnológica de sus adversarios.
El verdadero desafío vendrá en los próximos años. Si Corea del Norte logra mejorar esta plataforma mediante óptica avanzada, enlaces de datos seguros o incluso control satelital rudimentario, podría generar una capacidad HALE regional que alteraría el equilibrio estratégico en la península.
Por ahora, el Saetbyol-4 es un ambicioso intento de replicar una tecnología de vanguardia, con todas las limitaciones que ello implica. Aun así, su sola existencia confirma que Pyongyang sigue explorando nuevas formas de proyectar poder en un escenario geopolítico cada vez más complejo.
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Corea del Norte presenta el Saetbyol-4, su dron inspirado en el RQ-4 Global Hawk |