La región del Catatumbo, ubicada en el noreste de Colombia, enfrenta una de las peores crisis de violencia en años. En los primeros días de 2025, los enfrentamientos entre los grupos armados ilegales Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC han dejado al menos 60 muertos y provocado el desplazamiento forzoso de más de 30.000 civiles. Esta situación ha obligado al Gobierno colombiano a desplegar más de 5.000 uniformados y recursos aéreos en un intento por contener la crisis humanitaria y garantizar la seguridad en la región.
En este complejo escenario, la capacidad operativa del Ejército Nacional ha enfrentado serios desafíos, marcados por la inoperatividad de su flota de helicópteros Mi-17. Estas aeronaves, fundamentales para operaciones en regiones remotas, han quedado prácticamente fuera de servicio debido a la falta de repuestos y mantenimiento especializado.
Esta situación, originada por tensiones diplomáticas derivadas de la guerra entre Rusia y Ucrania, ha dificultado el acceso a piezas y asistencia técnica para los helicópteros de fabricación rusa, afectando gravemente las capacidades logísticas y operativas del Ejército. La incapacidad de acceder a los servicios necesarios ha dejado al 80% de la flota de helicópteros Mi-17 fuera de servicio, lo que ha complicado gravemente la capacidad del Ejército para cumplir con sus misiones en regiones como el Catatumbo.
Ante la imposibilidad de utilizar su propia flota, el Ejército Nacional ha recurrido al alquiler de helicópteros civiles como una solución temporal para suplir las necesidades de transporte, abastecimiento y evacuación en el Catatumbo. Empresas como SIS Aviation y Helistar han sido fundamentales en esta estrategia, proporcionando helicópteros como el Mi-8MTV-1 y el Mi-17 IV. Estas aeronaves han asumido un rol crucial en las operaciones militares, destacándose por su capacidad para transportar grandes volúmenes de suministros, tropas y realizar evacuaciones en zonas de difícil acceso.
Entre las aeronaves arrendadas se encuentran los helicópteros con matrículas HK-3779 y al HK-5080, que han sido empleados para movilizar personal militar, atender necesidades humanitarias urgentes, en misiones de transporte de tropas, evacuación de heridos y abastecimiento de las unidades desplegadas en el terreno. Sus características técnicas, como su capacidad para operar en condiciones climáticas adversas y en terrenos hostiles, los hacen ideales para misiones en regiones como el Catatumbo, donde las vías terrestres son escasas o inexistentes.
La crisis en el Catatumbo ha resaltado la importancia de contar con una flota aérea robusta y bien mantenida para garantizar la seguridad en las regiones más afectadas por el conflicto armado. La utilización de helicópteros civiles ha permitido al Ejército cumplir con varias de sus funciones críticas, pero esta solución no es sostenible a largo plazo. La falta de una flota operativa de aeronaves militares pone en riesgo no solo las operaciones en el Catatumbo, sino también la capacidad del Ejército de Colombia para enfrentar otros desafíos en diferentes regiones del país.
El caso del Catatumbo pone de manifiesto la necesidad urgente de que el Gobierno colombiano tome medidas inmediatas para garantizar la reparación y el mantenimiento adecuado de su flota de helicópteros Mi-17. La seguridad nacional y la capacidad del Ejército para responder eficazmente a las emergencias y las amenazas internas dependen de la disponibilidad de recursos adecuados, incluidos los helicópteros.
En este sentido, es crucial que se aceleren los procesos administrativos y logísticos necesarios para poner en funcionamiento la flota de aeronaves militares y reducir la dependencia de helicópteros civiles, que, aunque útiles en situaciones de emergencia, no pueden reemplazar completamente la capacidad de las Fuerzas Armadas en misiones de seguridad y defensa.
En este contexto, la situación en el Catatumbo debe servir como una alerta para priorizar inversiones y estrategias que fortalezcan las capacidades logísticas y operativas de las Fuerzas Militares, asegurando su capacidad de proteger a la población y responder con eficacia a los desafíos de seguridad en todo el territorio nacional.