El vuelo 8432 de Azerbaijan Airlines fue impactado el miércoles por un misil ruso mientras se aproximaban a la ciudad rusa de en Grozni (Chechenia) en medio de un supuesto ataque de drones ucranianos. La aeronave luego intentó realizar un aterrizaje de emergencia cerca de la ciudad de Aktau, en Kazajistán, dejando un saldo de 38 muertos. Según investigaciones preliminares y confirmaciones oficiales del gobierno de Azerbaiyán, el avión fue impactado por un misil ruso disparado desde un sistema antiaéreo Pantsir-S durante operaciones militares contra drones ucranianos.
El avión, un Embraer E190-E1 con 67 personas a bordo, quedó gravemente dañado tras la explosión de un misil con ojiva de fragmentación, cuyo objetivo inicial eran drones ucranianos. La metralla del misil perforó la estructura de la aeronave en su fuselaje posterior, el timón de profundidad y los estabilizadores horizontales y verticales.
Fuentes gubernamentales de Azerbaiyán confirmaron que Rusia, además de disparar contra el avión, negó a los pilotos el permiso para aterrizar de emergencia en aeropuertos cercanos, obligándolos a cruzar el Mar Caspio con un aparato severamente dañado, hacia Aktau. A esta acción se sumó la interferencia deliberada de los sistemas de navegación GPS del avión, complicando aún más el control del vuelo.
El misil que impactó el vuelo 8432 fue disparado desde un sistema Pantsir-S, un complejo antiaéreo móvil que combina misiles guiados y cañones automáticos. Este sistema, diseñado para neutralizar objetivos aéreos, utiliza ojivas de fragmentación que explotan cerca del blanco, liberando metralla para maximizar los daños.
El impacto en el avión comercial plantea preguntas sobre las decisiones de las fuerzas rusas, especialmente al detectarse que el objetivo no era un dron sino un aparato civil. Sin embargo, no es la primera vez que Rusia derriba un avión comercial. Este incidente recuerda el derribo del vuelo MH17 en Ucrania en 2014, también atribuido a misiles rusos.
El gobierno de Azerbaiyán ha iniciado una investigación criminal para determinar las responsabilidades exactas detrás de este ataque. Las primeras conclusiones señalan no solo el disparo del misil, sino la negativa rusa a permitir el aterrizaje de emergencia, una decisión que agravó la tragedia.
Este incidente podría intensificar las tensiones internacionales y generar llamados a una mayor regulación sobre el uso de sistemas antiaéreos en zonas de conflicto, especialmente en espacios aéreos que cruzan rutas comerciales. La actuación rusa, tanto al disparar el misil como al bloquear alternativas de salvamento, pone en entredicho su compromiso con las normas internacionales de aviación y protección civil.
Rusia derribó con misiles antiaéreos el Embraer 190 de Azerbaijan Airlines que se estrelló en Kazajistán, dejando 38 muertos |