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El 19 de noviembre de 2024, las fuerzas militares ucranianas realizaron un ataque con misiles de largo alcance fabricados en Estados Unidos contra territorio ruso, marcando un cambio significativo en la política estadounidense. La operación se produjo solo dos días después de que el presidente Joe Biden autorizara a Ucrania a utilizar estos misiles para atacar objetivos dentro de Rusia.

El ataque, que tuvo lugar antes del amanecer del martes, alcanzó un depósito de municiones en la región de Briansk, en el suroeste de Rusia. Según las autoridades ucranianas, el objetivo fue destruido con el uso de seis misiles balísticos de largo alcance, conocidos como el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS, por sus siglas en inglés). La confirmación del uso de estos misiles fue proporcionada por funcionarios estadounidenses y ucranianos, quienes hablaron bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad de la operación.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia informó que cinco de los misiles ATACMS fueron interceptados y otro resultó dañado, lo que provocó un incendio en una instalación militar debido a la caída de fragmentos. Las autoridades rusas afirmaron que no se reportaron víctimas tras el ataque.

La autorización de Biden para que Ucrania emplee misiles ATACMS en ataques directos contra objetivos rusos representa un giro en la estrategia de apoyo militar estadounidense. Durante meses, Kiev había solicitado permiso para usar estos misiles en operaciones más profundas dentro de Rusia, pero hasta ahora Washington había mantenido una postura restrictiva. La decisión de permitir su uso ocurrió justo antes de la toma de posesión del presidente electo Donald J. Trump, quien ha indicado que buscará una resolución rápida al conflicto en Ucrania, generando incertidumbre sobre la continuidad del apoyo militar estadounidense.

El cambio en la política de EE. UU. parece haber sido influenciado por la incorporación de hasta 10,000 tropas norcoreanas al esfuerzo militar ruso este otoño. La llegada de estas fuerzas fue vista como una escalada en el conflicto por parte de Estados Unidos y sus aliados, lo que habría motivado la autorización de los ataques con misiles de largo alcance.

El uso de los misiles ATACMS por parte de Ucrania busca demostrar a sus aliados occidentales que la provisión de armas más avanzadas y poderosas puede resultar en un debilitamiento significativo de las fuerzas rusas. Andrii Kovalenko, miembro del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, afirmó que el ataque en Briansk destruyó almacenes que contenían municiones de artillería, incluyendo material suministrado por Corea del Norte.

El mismo día del ataque, el presidente ruso Vladimir Putin redujo el umbral para el uso de armas nucleares, un movimiento planeado con anterioridad pero cuya sincronización sugiere una respuesta directa a los ataques ucranianos con misiles de fabricación estadounidense. La amenaza de usar su arsenal nuclear ha sido una constante en la estrategia rusa durante la guerra, intentando disuadir a Occidente de proporcionar armamento más sofisticado a Ucrania.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó la decisión de Biden de permitir el uso de misiles de largo alcance como una escalada que eleva las tensiones a "un nivel cualitativamente nuevo". La situación continúa siendo tensa, con ambos bandos mostrando su disposición a aumentar la intensidad del conflicto en medio de un complejo escenario geopolítico.
Ucrania usó por primera vez misiles ATACMS de EEUU para atacar territorio ruso
Ucrania usó por primera vez misiles ATACMS de EEUU para atacar territorio ruso
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