El Ministro de Defensa Nacional de Turquía, Yaşar Güler, confirmó recientemente que las Fuerzas Armadas turcas comenzarán a recibir los primeros tanques de combate principal Altay de producción en serie a finales de 2025. Este anuncio marca un hito en las ambiciones de Turquía por fortalecer su industria de defensa nacional y equipar a su ejército con sistemas modernos y autónomos.
El Altay es un tanque de combate principal de nueva generación, diseñado y fabricado completamente en Turquía. Actualmente, el inventario de tanques de Turquía supera los 3.000 unidades, lo que subraya la importancia de integrar el Altay en esta flota, especialmente dado su diseño avanzado y sus capacidades operacionales mejoradas en comparación con los tanques más antiguos. Su blindaje compuesto de última generación lo hace altamente resistente a amenazas modernas, como misiles antitanque guiados y artefactos explosivos improvisados, que son cada vez más comunes en los campos de batalla contemporáneos.
Una de las características destacadas del Altay es su sistema de protección activa AKKOR, que detecta y neutraliza proyectiles entrantes, proporcionando una defensa de 360 grados para el tanque. Este sistema de protección avanzada es crucial para la supervivencia del vehículo en entornos de combate donde las amenazas evolucionan rápidamente. Además, el cañón principal del Altay, junto con un sistema de puntería modernizado, permite realizar disparos de largo alcance con una precisión notable, lo que mejora considerablemente su efectividad en combate.
Otra ventaja clave del Altay es su motor localmente desarrollado, que está en fase de pruebas para sustituir las unidades extranjeras que inicialmente equiparon los prototipos. La capacidad de Turquía para producir internamente el motor del Altay no solo incrementa la autonomía estratégica del ejército turco, sino que también reduce la dependencia de tecnologías extranjeras, una limitación que afectó a los tanques más antiguos. El Altay tiene un peso de 65 toneladas y está optimizado para proporcionar una mayor ergonomía a su tripulación de cuatro personas, mejorando la coordinación y la eficiencia operativa.
No obstante, el proyecto Altay no ha estado exento de desafíos. Originalmente previsto para entrar en servicio en 2018, el programa sufrió retrasos debido a un embargo sobre los sistemas de potencia impuesto por Alemania. Para superar este obstáculo, dos prototipos fueron equipados con unidades de potencia de fabricación surcoreana y sometidos a rigurosas pruebas. Simultáneamente, Turquía inició el desarrollo de una solución doméstica para el motor, con la producción prevista en una nueva planta ubicada en la región de HAB de Ankara, en lugar de la instalación originalmente planificada en Sakarya. La construcción de esta planta está casi terminada, lo que representa un paso crucial hacia la preparación para la producción en serie.
El Altay es un claro ejemplo de la capacidad creciente de Turquía para desarrollar y producir sistemas de defensa avanzados de manera autónoma, lo que refuerza su posición como uno de los pocos países con la capacidad de diseñar y fabricar tanques de combate principales de nueva generación. Este proyecto no solo fortalece las capacidades de defensa de Turquía, sino que también contribuye a la autonomía estratégica del país, un factor clave para su seguridad nacional en un entorno geopolítico cada vez más complejo.
Con la integración del Altay en las Fuerzas Armadas turcas, Turquía está dando un paso importante para reducir su dependencia de tecnologías extranjeras y consolidarse como un líder en la industria de defensa. Este avance marca un punto de inflexión para la industria de defensa turca, que continúa creciendo y mejorando su capacidad para satisfacer las necesidades de seguridad nacionales y regionales.
El Ejército de Turquía recibirá en 2025 el tanque de guerra Altay, uno de los más avanzados del mundo |