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Este sábado se presentó una situación inusual en el este de Ucrania: un caza ruso disparó un misil aire-aire y derribó una de sus propias aeronaves. No se trataba de cualquier avión, sino de uno de los escasos y avanzados drones de combate S-70 Okhotnik-B (Hunter-B), una pieza clave en la flota de aviones no tripulados de la Fuerza Aérea Rusa. Este dron táctico, diseñado para misiones de ataque y reconocimiento, fue abatido sobre territorio ucraniano altamente defendido.

El S-70, con características furtivas, cayó a unos 16 kilómetros detrás de las líneas ucranianas, cerca de la ciudad de Konstantynivka, en Donetsk. Videos grabados desde tierra muestran cómo un caza ruso disparó a corta distancia un misil aire-aire contra el dron, que luego se desplomó en el suelo. Las imágenes de los restos no dejan dudas: se trataba de un S-70.

Aunque aún no se ha confirmado completamente lo sucedido, todo indica que el dron derribado era uno de los primeros modelos, desarrollados en 2019. Este modelo inicial es menos avanzado en comparación con la versión mejorada lanzada en 2021, que incluye un diseño más furtivo.

Algunos informes sugieren que un Su-57, el caza más avanzado de Rusia, fue el que derribó el dron. Esto tendría sentido, ya que ambos sistemas han sido probados en conjunto desde antes de la invasión de Ucrania en 2022. Rusia había anunciado que esperaba tener el S-70 en operación para 2024, aunque no está claro qué significaba realmente "operación" en ese contexto.

Entonces, ¿por qué derribar su propio dron? La explicación más lógica es que el S-70 perdió el control y se desvió hacia espacio aéreo enemigo. En un conflicto con alta densidad de guerra electrónica, como el que ocurre en Ucrania, los fallos en los sistemas de mando y control son frecuentes. Ante la posibilidad de que el dron cayera en manos ucranianas, la decisión de destruirlo probablemente se tomó para evitar que sus secretos tecnológicos fueran capturados.

Perder un dron tan avanzado es un golpe para Rusia, no solo en términos tecnológicos, sino también de imagen. Si Ucrania logra recuperar los restos del S-70, podría obtener información valiosa sobre la tecnología militar rusa. Ya ha habido incidentes similares durante esta guerra, pero la caída de un S-70 podría ser uno de los mayores éxitos de inteligencia para Ucrania hasta ahora.

Este incidente puede tener consecuencias graves para la Fuerza Aérea Rusa, más allá de la mera pérdida de un avión avanzado como ese prototipo. El Su-70 comparte tecnologías con el caza furtivo Su-57, el competidor ruso del F-22 y del F-35. 

Este mediodía, el canal ruso de Telegran Fighter Bomber lamentaba la pérdida del S-70 comentando lo siguiente: "es difícil entender qué pasó con el UAV, porque cayó en territorio controlado por los ucranianos. Aquellos. Lo desmontarán hasta el tornillo más pequeño y, por supuesto, se familiarizarán con su rico contenido interno".

Hay que señalar que lo más probable es que Ucrania entregue esos restos a Estados Unidos, en país que tienen más capacidad para evaluar la tecnología del S-70 y utilizarla en provecho de los países occidentales. Al compartir tecnología con el Su-57, la tecnología de este caza podría quedar comprometida.

Por otra parte, el incidente de hoy demuestra que Rusia no sólo está usando el Su-57 sobre Ucrania, sino también drones avanzados que están en fase de desarrollo, y además los está exponiendo a unas cotas en las que son vulnerables a las defensas antiaéreas ucranianas.

Además, es sorprendente que este incidente ocurriera en una zona donde las defensas aéreas ucranianas son extremadamente fuertes. Que tanto el dron como el caza lograran operar el tiempo suficiente en ese espacio es notable. Puede ser una prueba de la capacidad de guerra electrónica de Rusia, o simplemente de suerte.

El uso de un Su-57 cerca de la línea del frente muestra el riesgo que Rusia está dispuesta a asumir para desplegar sus sistemas más valiosos. En una guerra en la que Rusia enfrenta dificultades para obtener inteligencia avanzada en áreas disputadas, la capacidad del S-70 para realizar misiones de largo alcance sin poner en riesgo a pilotos humanos es una ventaja clave. Sin embargo, este incidente demuestra los riesgos inherentes.

El S-70 generalmente opera desde la base aérea de Akhtubinsk, que se encuentra a unos 587 kilómetros del frente de batalla, pero podría haber sido trasladado a una base más cercana. Las imágenes satelitales recientes no muestran al S-70 en esa base, lo que refuerza la teoría de que estaba siendo utilizado en operaciones desde bases avanzadas.

Blogueros militares rusos han criticado duramente el uso del S-70 en una zona tan peligrosamente defendida. Muchos confirman que el dron fue derribado por un fallo en su sistema de control durante una evaluación en combate. Señalan que el riesgo de perder tanto el dron como el caza escolta fue extremadamente alto.
Un drone de combate S-70 Okhotnik, el más moderno de Rusia, fue derribado en Ucrania por un Sukhoi Su-57
Un drone de combate S-70 Okhotnik, el más moderno de Rusia, fue derribado en Ucrania por un Sukhoi Su-57
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