La adquisición de 36 aviones de combate Gripen E/F por parte de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) en 2014 está bajo investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos. La empresa sueca Saab, fabricante de los cazas, confirmó que recibió una citación para proporcionar información sobre el acuerdo, pero indicó que debido a las obligaciones de confidencialidad, no puede ofrecer detalles sobre el caso.
Saab declaró su disposición para cooperar plenamente con las autoridades estadounidenses, destacando que tanto Brasil como Suecia ya han realizado investigaciones sobre la compra, las cuales se cerraron sin encontrar irregularidades por parte de la compañía. A pesar de esto, la noticia de la investigación ha impactado en la bolsa, con una caída de aproximadamente el 5% en las acciones de Saab.
“Saab tiene la intención de cumplir con la solicitud de proporcionar información y cooperar con el Departamento de Justicia en este asunto”, dijo en su último comunicado la empresa.
El contrato, valorado en 5.400 millones de dólares, se firmó en el marco del programa F-X2, con el objetivo de reemplazar los antiguos cazas Mirage 2000 y F-5 Tiger II de la FAB. Tras un proceso de selección en el que se evaluaron otros modelos como el Dassault Rafale y el Boeing F-18 Super Hornet, el Gripen fue elegido, en parte, por la inclusión de un acuerdo de transferencia de tecnología y la promesa de ensamblar 15 de los aviones en Brasil.
Hasta la fecha, la FAB ha recibido ocho Gripen E de un solo asiento, junto con un noveno avión que se encuentra en Brasil como plataforma de pruebas. La producción local de los cazas ha sido un impulso significativo para la industria aeronáutica brasileña, gracias a la transferencia de tecnología acordada en el contrato.
El Gripen E/F, diseñado para cumplir con las demandas modernas del combate aéreo, está equipado con sistemas avanzados de sensores y comunicaciones, lo que lo convierte en una pieza clave para la defensa aérea de Brasil. A pesar de las investigaciones y las especulaciones sobre posibles irregularidades, Saab continúa comprometida con el cumplimiento de sus obligaciones y la colaboración con las autoridades.
Este caso también ha suscitado atención política en Brasil. En 2016, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fue acusado de influir en la elección de Saab como proveedor de los cazas, aunque las acusaciones no prosperaron. Ahora, con Lula nuevamente en el poder, el caso toma una nueva dimensión al ser investigado por las autoridades estadounidenses.
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| Departamento de Justicia de EEUU investiga la compra de 36 cazas Saab Gripen E/F por parte de Brasil |
