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El FACSAT-1, el primer nanosatélite de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), marcó un antes y un después en la historia aeroespacial del país. Desde su lanzamiento el 28 de noviembre de 2018, este satélite ha sido un símbolo de la creciente capacidad tecnológica y científica de Colombia en el ámbito espacial. Sin embargo, tras casi cinco años en órbita, el FACSAT-1 se desintegró en la atmósfera terrestre en junio de 2023. 

El FACSAT-1 fue lanzado desde el Centro Espacial Satish Dhawan en India a bordo del cohete PSLV C-43, junto con otros 30 nanosatélites de distintas partes del mundo. Este evento significó el inicio del programa espacial de la Fuerza Aérea Colombiana, cuyo objetivo era desarrollar capacidades en ciencia y tecnología, así como fomentar la investigación académica en el país.

Diseñado y construido en Dinamarca, el FACSAT-1 es un nanosatélite de tipo CubeSat de 3U, es decir, compuesto por tres módulos cúbicos de 10x10x10 centímetros cada uno, que en conjunto forman un satélite de 10x10x30 centímetros. Su vida útil estaba proyectada entre tres y cinco años, orbitando la Tierra a una altura aproximada de 490 kilómetros.

El FACSAT-1 estaba equipado con una cámara óptica de observación de la Tierra, con una resolución espacial de 30 metros por píxel. Este sistema óptico le permitía capturar imágenes del territorio colombiano y otras regiones del planeta. Su capacidad para adquirir imágenes de alta resolución fue clave para aplicaciones en detección remota, monitoreo ambiental, vigilancia de recursos naturales y gestión de desastres.

El satélite operaba en una órbita heliosincrónica a una altitud aproximada de 490 kilómetros sobre la superficie terrestre. Este tipo de órbita es particularmente útil para la observación terrestre, ya que permite que el satélite pase sobre cualquier punto de la Tierra a la misma hora solar local, lo que facilita la obtención de imágenes consistentes en condiciones de iluminación similares.

Una de las características destacadas del FACSAT-1 fue su capacidad de realizar una órbita completa alrededor de la Tierra cada 90 minutos, lo que equivalía a 16 vueltas al planeta por día. En total, durante sus casi cinco años en órbita, el satélite completó más de 26,500 vueltas alrededor de la Tierra.

El sistema de propulsión del FACSAT-1 no era tradicional, ya que, al ser un satélite pequeño de bajo costo, no contaba con un sistema de propulsión activo. En cambio, utilizaba un sistema de control de actitud mediante ruedas de reacción y magnetómetros, lo que le permitía mantener una orientación adecuada para la captura de imágenes y la comunicación con la estación terrena.

El satélite estaba alimentado por paneles solares desplegables, que generaban la energía necesaria para alimentar sus sistemas electrónicos, incluyendo la cámara, el sistema de control de actitud, los sistemas de comunicación y el procesador central. El suministro eléctrico se almacenaba en baterías a bordo, que garantizaban la operación continua del satélite, incluso cuando se encontraba en la sombra de la Tierra.

Durante su operación, el FACSAT-1 capturó más de 3,000 imágenes de alta resolución, muchas de las cuales fueron utilizadas en diversos proyectos de investigación y desarrollo en Colombia. Estas imágenes proporcionaron datos valiosos para la detección de cambios en la vegetación, monitoreo de la minería ilegal y planificación urbana, entre otras aplicaciones. Además, el FACSAT-1 fue utilizado para mejorar las comunicaciones satelitales de la FAC en la Antártida, mediante la implementación temporal de una estación terrena en este remoto continente.

El FACSAT-1 también jugó un papel crucial en el desarrollo de capacidades científicas y tecnológicas en Colombia. A través de su operación, la Fuerza Aérea Colombiana, en colaboración con universidades y otras instituciones, avanzó en el conocimiento y la experiencia en el diseño, operación y mantenimiento de satélites en órbita. Este esfuerzo de colaboración incluyó la participación de oficiales, suboficiales, cadetes y científicos, quienes adquirieron experiencia práctica en el manejo de tecnologías espaciales.

A pesar de sus numerosos logros, el FACSAT-1 comenzó a experimentar una decadencia orbital a lo largo de su vida útil. Desde su lanzamiento, el satélite estuvo sujeto a las fuerzas de arrastre atmosférico, lo que causó una reducción gradual en su altitud. Inicialmente, la tasa de caída era de 8 metros por día, pero a partir de septiembre de 2020, debido a un incremento en la actividad solar, esta tasa aumentó a 18 metros por día.

El incremento en la actividad solar intensificó la expansión de la atmósfera terrestre, lo que resultó en una mayor resistencia atmosférica para el FACSAT-1. Esta resistencia adicional aceleró la reducción de su altitud, lo que finalmente llevó a su desintegración en la atmósfera en junio de 2023, de acuerdo a información recopilada por la plataforma CelesTrack.

La desintegración del FACSAT-1 no fue inesperada, dado que los satélites en órbita baja, como este nanosatélite, están diseñados con una vida útil limitada debido a la inevitable pérdida de altitud causada por el arrastre atmosférico. Sin embargo, la experiencia adquirida durante su operación proporcionó valiosas lecciones para futuros proyectos espaciales en Colombia, incluyendo el desarrollo del FACSAT-2, que está diseñado para superar las limitaciones del FACSAT-1 con mejores sistemas y mayor resiliencia orbital.

Aunque el FACSAT-1 ya no se encuentra en órbita, su legado perdura. Este satélite fue el primer paso de Colombia hacia la consolidación de un programa espacial robusto. La experiencia adquirida a través del FACSAT-1 ha sido fundamental para el desarrollo de otros proyectos, como el FACSAT-2, que continúa con la misión de su predecesor, pero con mejores capacidades y un diseño más avanzado.

El FACSAT-1 también abrió la puerta a una mayor colaboración entre la academia, la industria y el gobierno en Colombia, fomentando la investigación y el desarrollo en áreas como la observación de la Tierra, la inteligencia artificial y las comunicaciones satelitales.
La Fuerza Aérea Colombiana perdió su primer satélite: El FACSAT-1 se desintegró en la atmósfera terrestre
La Fuerza Aérea Colombiana perdió su primer satélite: El FACSAT-1 se desintegró en la atmósfera terrestre.
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