En otro revés para la otrora poderosa Flota del Mar Negro de la Federación Rusa, la corbeta lanzamisiles Ivanovets fue hundida durante la noche después de sufrir un ataque por parte de las fuerzas ucranianas. La unidad especial Grupo 13 de los servicios de inteligencia militar ucranianos, liderada por el general Kyrylo Budanov, ha sido señalada como responsable de este último golpe al orgullo del presidente Putin.
Según Budanov, la operación especial para destruir la corbeta rusa Ivanovets del tipo Proyecto Tarantul-III tuvo lugar durante la noche del miércoles. Se reportaron seis impactos directos de drones navales en el casco del buque, causando que se volteara y se hundiera. Los intentos de búsqueda y rescate por parte del enemigo fueron infructuosos, según los datos preliminares.
El un video difundido en redes, de 128 segundos de duración, muestra el complejo ataque de los USV MAGURA V5 contra la Ivanovets. Las imágenes revelan una maniobra táctica de los drones para evadir los sistemas de defensa de la corbeta, resultando en explosiones impactantes y finalmente en el hundimiento de la embarcación.
El ataque se llevó a cabo a más de 130 millas del puerto ucraniano más cercano, y aunque el GUR se negó a especificar el punto de lanzamiento de los USV, se sugiere la posibilidad de que hayan sido lanzados desde una nave nodriza ubicada en el Mar Negro.
Aunque el Ministerio de Defensa ruso no abordó el incidente hasta el mediodía, varios canales rusos de Telegram confirmaron el hundimiento de la Ivanovets MRK como resultado de un ataque de las Fuerzas Armadas de Ucrania en Sebastopol.
Este incidente destaca la transformación de Ucrania en una fuerza innovadora en la guerra naval, empleando tácticas de ataques en enjambre con vehículos de superficie no tripulados. El video del ataque a la corbeta Ivanovets sirve como un impactante ejemplo de los peligros inherentes a este tipo de ataques y destaca la evolución de las estrategias en los conflictos marítimos modernos.
Este episodio es otra muestra más que las fuerzas ucranianas han logrado, sin Marina de guerra y con recursos limitados, poner en jaque a la poderosa Flota rusa. Sus buques se han visto obligados a refugiarse en puertos –donde también sufren ataques– o navegar mar adentro para evitar los misiles y drones ucranianos. Rusia ya no es capaz, ni siquiera, de bloquear los puertos ucranianos, lo que ha permitido a Kiev retomar las exportaciones de sus cereales vía marítima con relativa seguridad.
Desde el inicio de la guerra, Ucrania ha logrado hundir o dejar gravemente dañados varios buques de guerra rusos. El 24 de marzo de 2022 hundieron con un misil Tochka-U el buque de desembarco Saratov, mientras estaba atracado en el puerto ucraniano ocupado de Berdiansk.
El 14 de abril de 2022 los ucranianos hundieron el buque insignia de la Flota rusa del Mar Negro, el crucero lanzamisiles Moskva. Moscú todavía lo niega, pero el hundimiento de este buque ha sido el mayor golpe recibido por la Marina rusa en su historia reciente, y se ha convertido en todo un símbolo de la heroicidad de las fuerzas ucranianas.
El 4 de agosto de 2023, el buque de desembarco Olenegorski Gornyak quedó seriamente dañado tras recibir el impacto de un dron marítimo ucraniano.
El 13 de septiembre de 2023 los misiles ucranianos destruyeron en el astillero Sevmorzavod, en la Crimea ocupada, el buque de desembarco Minsk, y dejó seriamente dañado el submarino Rostov-on-Don.
El 4 de noviembre 2023 tres misiles ucranianos Storm Shadow hicieron blanco en el astillero de Kerck y dejó graves daños en la corbeta de misiles Askold.
El 26 de diciembre de 2023, el buque de transporte de tropas Novocherkassk acabó hundido en el puerto de Feodosia, en la Crimea ocupada, tras sufrir un impacto que ocasionó una poderosa explosión debido a las municiones que transportaba abordo.
Ucrania hundió una corbeta lanzamisiles rusa en el mar Negro empleando un enjambre de drones navales |