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Por Andrea Guidugli - Después del 7 de octubre, durante los primeros cuatro o cinco días todos esperábamos una respuesta israelí contundente, devastadora, a gran escala, casi concluyente, hacia Hamás, y/o incluso hacia los palestinos. Durante esos días, palpamos en las noticias una firmeza israelí que tenía la expresión de la venganza más descarada hacia un pueblo que no tiene paz, pero que, hay que decirlo a voz muy alta, nunca ha querido la paz. Durante los primeros días, aparte de algunos comentarios que no coincidían con el sentimiento general de dolor, hubo una solidaridad decididamente casi unánime hacia Israel. Pero como siempre ocurre, hacia Israel y/o los judíos, la solidaridad dura cuatro, cinco días como mucho, luego se vuelve a caer en la "normalidad". Una normalidad hecha de odio contra el pueblo judío, de condena de cualquier acción emprendida por el gobierno israelí, de asociación de Israel con la esvástica nazi. Bueno, esta es la normalidad.
 
Manifestaciones en Europa a favor de Hamas
 
Hemos visto manifestaciones contra Israel y a favor no sólo del pueblo palestino, sino incluso de Hamás, una banda de infames degolladores, sin piedad y sin moral. Aparte de las manifestaciones en los países islámicos, hemos tenido grandes manifestaciones en Italia y Francia en particular. En Francia porque la población islámica norteafricana está fuertemente presente, en Italia porque lo que ya nadie quiere llamar comunismo, habita sin embargo en la mente y en los corazones de muchas personas. La última "manifestación", si queremos llamarla así, fue el asalto al avión procedente de Israel en Daguestán, un episodio muy grave y extremadamente preocupante que puede contribuir a abrir escenarios terroristas de cualquier tipo en cualquier latitud, pero luego tuvimos que ver de nuevo las estrellas de David pintadas en casas judías de París, "afortunadamente" azules y no amarillas como en los tiempos del “querido Adolfo”, y de nuevo fuego y esvásticas en el tanatorio judío de Viena.
Así que las feroces y dramáticas imágenes del 7 de octubre, que por cierto fueron sumariamente mostradas por ser imposibles de verlas, fueron inmediatamente olvidadas junto con los doscientos rehenes, entre ellos muchos niños, y sustituidas por las de la destrucción en Gaza y los cuerpos de las víctimas de los bombardeos israelíes.
Israel: La doble moraleja del Occidente
Imágenes que nos llevan al 11 de septiembre
 
Estos acontecimientos nos retrotraen desgraciadamente a hechos "antiguos", que parecen perdidos en el tiempo, pero que no lo están, porque las imágenes, mil veces vistas, de los dos aviones derribando las torres del World Trade Center de Nueva York nadie las olvida. Ni siquiera lo ocurrido en Israel lo olvidaremos, los cuerpos de los niños quemados o de las jóvenes decapitadas permanecerán en nuestra imaginación y nada volverá a ser igual, por segunda vez después del 11 de septiembre.
Después de esa fecha, Estados Unidos invadió Afganistán, aparentemente para matar a una sola persona, Osama Bin Laden, libró guerras y soportó largos, complicados y devastadores posguerra. El abandono de Afganistán en agosto de 2021 en manos de otros fundamentalistas sin escrúpulos y moral aún escuece y, tras miles de muertes, ha devuelto la situación exactamente al punto en el que estaba antes del conflicto. El norte de África cayó y volvió a caer en manos de los fundamentalistas, las primaveras árabes acabaron convirtiéndose en largos, terribles e interminables inviernos. Tuvimos la invasión de Irak, bombardeos a gran escala en Siria y la costosa derrota del ISIS. Todo esto, sin embargo, cuando se piensa en ello, no trae a la mente ningún sermón bienhechor abogando por el alto el fuego, la ultra moderación, la ayuda humanitaria. Los pobres pueblos de Irak, Afganistán, Siria, Libia, todos contaban menos que los palestinos probablemente.
 
La vergüenza de las Naciones Unidas y el prejuicio antisemita
 
Hace unos días, las Naciones Unidas incluso se atrevieron y tomaron la libertad de afirmar que Israel y su poco querido (en Israel también) primer ministro Netanyahu, se merecieron este cobarde ataque.
Y aquí es donde el "prejuicio antisemita" sale como el sol por la mañana: para Israel todo funciona de otra manera, se le quiere imponer la proporcionalidad en su respuesta, se le exige corredores humanitarios, se le exige negociaciones (que por cierto Hamás, los palestinos y los fundamentalistas islámicos no quieren), se le exige agua y electricidad para la población indefensa que Hamás utiliza como escudos humanos. Todo ello debe hacerlo Israel, mientras que Egipto, por ejemplo, no abre sus puertas, o las abre solamente a los palestinos con doble pasaporte (medida absurda de la semana pasada), no deja que las ayudas fluyan sin problemas, los países islámicos no hacen nada, aparentemente enfurecidos por la situación, pero al mismo tiempo, desinteresados (desde hace décadas) por la suerte de los palestinos de la Franja de Gaza. Los propios dirigentes de Hamás, los tres principales, han acumulado, según fuentes internacionales, unos cuatro mil millones de dólares cada uno, dinero robado impunemente a sus propios ciudadanos.
 
La moraleja en las inútiles lecciones del Occidente
 
Pero queremos seguir enseñando a Israel lo que tiene que hacer y aquí entran en escena los útiles idiotas del Occidente, las quintas columnas de la paz: para ellos Israel tiene que aceptar de vivir en casa con un enemigo que quiere su destrucción, tiene que devolver los territorios ocupados y ganados durante sangrientas guerras perdidas por todos sus vecinos, tiene que renunciar a su propia seguridad sin obtener nada a cambio, tiene que renunciar a reivindicar su derecho a existir, pero si echamos la vista atrás sólo un momento y repasamos los desastres llevados a cabo por EEUU, la OTAN, la pobre Europa y el Occidente en general en estas zonas desde la época del Sha con el catastrófico regreso de Jomeini, la caída de Sadam Husein, de Gadafi, el regreso de los talibanes a Kabul, el ISIS, y no olvidemos las sucias guerras afgana e iraquí, ¿Qué nos queda en Occidente para transmitir a Israel como lección para resolver esta situación? Miremos cuidadosamente: ¡nada!
*Andrea Guidugli, fue director de ventas para Latinoamérica de Oto Melara (Leonardo) desde 2005 a 2017, ejerció también funciones en España y Centroamérica
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