El Presidente Gustavo Petro, como comandante de las Fuerzas Militares y en respaldo al proyecto que lleva más de 12 años de estudio en el Ministerio de Defensa y la Fuerza Aérea Colombiana, tomó la decisión de iniciar el proceso de renovación de la flota de superioridad aérea.
Según el gobierno, renovar es necesario debido a que la flota actual ha tenido más de 42 años de uso (más de 30 años de operación en Colombia). Su operación y mantenimiento es costosa y puede ser riesgosa. Colombia es hoy prácticamente el único operador de la plataforma Kfir. Eso quiere decir que no se producen aeronaves ni repuestos; es decir, es una capacidad insostenible.
Los colombianos deben contar con unas Fuerzas Militares equipadas, profesionales y capaces de protegernos de cualquier amenaza. No basta con pilotos con actitud, entrega y determinación, dispuestos a dar la vida, si es necesario. Lamentablemente, con la flota actual, se han presentado cuatro accidentes, en uno de ellos un piloto falleció.
Las limitaciones que presentan los aviones K-FIR dificultan las acciones para garantizar la interdicción aérea, la lucha contra el crimen organizado y la soberanía nacional. Por ejemplo, ante una situación de emergencia, hoy un avión K-FIR no tiene la autonomía para ir a San Andrés y volver sin el apoyo de un avión tanquero que lo abastezca de combustible durante el vuelo.
El Gobierno estudió tres ofertas (una de Estados Unidos, una de Francia y una de Suecia) e hizo la preselección de la propuesta presentada por el Gobierno de Francia, para la adquisición de 16 aviones Rafale. Las otras opciones presentadas a Colombia fueron los aviones Gripen (de fabricación sueca) y F-16 (de fabricación estadounidense).
Hasta el momento, la propuesta de los aviones Rafale es la mejor opción para el país en relación precio, eficiencia y operatividad. Una hora de vuelo de un avión Rafale es aproximadamente 30 % más barata que la hora de vuelo de un K-FIR (estimada en 89 millones de pesos).
No hay contratos firmados. Es una prenegociación. Se trata de la continuación de un proceso que se inició hace 12 años, a través del Ministerio de Defensa y la Fuerza Aérea Colombiana.
La oferta que estudiará el Gobierno tiene un costo estimado de hasta 15 billones de pesos, y no 26 billones de pesos, como se ha dicho de manera errónea, informó la Casa de Nariño.
Además de los aviones, todas la ofertas que ha estudiado Colombia contemplan “off-set”, entendido como compensación industrial. Esto significa que Colombia contaría con transferencia de conocimiento y de tecnología, para un mayor crecimiento del sector aeronáutico, de ciberseguridad y defensa y del aeroespacial en el país.
No se puede confundir el proceso de renovación de los K-FIR, que está en etapa de prenegociación, con el contrato que está en ejecución desde el año 2021 para la adquisición de aviones de entrenamiento.
El Gobierno Petro Declaró que no se utilizarán recursos de la reforma tributaria para la compra de los aviones. En caso de que se cierre esta negociación, en los mejores términos para el país, esta deuda se empezará a pagar dentro de cinco años, con el objetivo de no sacrificar recursos que hoy son indispensables para el gasto social, sino que ésta inversión se pueda realizar bajo mejores condiciones económicas.
Según el gobierno "Las prioridades de este gobierno no han cambiado. Para el Presidente y para el Gobierno Nacional, la inversión social como: la reforma agraria, el programa Hambre cero y la renovación de la infraestructura educativa son lo más importante. De hecho, para 2023, el presupuesto de Defensa se disminuyó en 800.000 millones de pesos, que fueron destinados a otros rubros para la
inversión social".
El ejecutivo también agregó que "En el marco de la Paz Total, la interdicción aérea —es decir, las misiones que son asignadas a estos aviones— es un indicador en la defensa de la vida y no de la guerra. Nuestro objetivo no es hacer una carrera armamentista".
Tanto para el Presidente, como para el Ministerio de Defensa, es importante dejar unas Fuerzas Militares fortalecidas, modernas y con capacidades, no para la guerra, sino para garantizar la soberanía nacional y la seguridad ciudadana.
Confirmado: El Gobierno de Colombia eligió el nuevo caza que equipará a la Fuerza Aérea Colombiana |