Navantia ha entregado a la Real Marina Saudí la segunda de las cinco corbetas construidas en sus astilleros de la Bahía de Cádiz, la construcción 547, de nombre Al-Diriyah, en un acto celebrado en las instalaciones del astillero de San Fernando. La entrega se ha desarrollado en el muelle del astillero y ha contado con la asistencia de su plantilla.
A la ceremonia de entrega han asistido el comandante de la Real Marina Saudí, Vicealmirante Fahad Bin Abdullah Al-Ghofaily; la secretaria de Estado de Defensa, María Amparo Valcarce; el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez; el CEO de SAMI, Walid Abukhaled; el director general de Armamento y Material (DIGAM), Almirante Aniceto Rosique y la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada.
Navantia ha entregado la corbeta Al-Diriyah a la Real Marina saudí tres años después del corte de su primera chapa (mayo de 2019), cumpliendo unos exigentes plazos a pesar de la pandemia sanitaria y de la tensión mundial de suministros. Se trata de uno de los buques más competitivos y capaces de su segmento, tal como se ha demostrado en las pruebas de mar realizadas en aguas de la Bahía de Cádiz.
Durante el evento, desarrollado conforme al protocolo militar, una comisión mixta de inspección (formada por miembros de la Real Marina Saudí y de Navantia) ha subido a bordo de la corbeta para realizar la preceptiva revisión. A su término se ha procedido al izado de la bandera del buque, tras lo que la Marina Saudí ha transferido el mando de la corbeta al comandante de Al-Diriyah. El presidente de Navantia ha entregado al Vicealmirante Al-Ghofaily la campana del buque como regalo institucional.
En la ceremonia, la secretaria de Estado de Defensa ha señalado que este buque es un excelente ejemplo de la calidad de los astilleros españoles, de la cooperación industrial y comercial entre nuestros países, que ha garantizado la actividad económica de más de un centenar de empresas y 6.000 empleos en la bahía de Cádiz. “A la corbeta Al-Diriyah, a sus oficiales y tripulación paz, buena mar y vientos”, ha señalado María Amparo Valcarce.
El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, ha agradecido “la colaboración de todos los implicados en la gran tarea llevada a cabo por el astillero, entregando productos y servicios de última generación y mostrando así al mundo las capacidades” de la compañía.
Ha dado la enhorabuena a las personas que trabajan en el programa. “Vosotros sois los grandes protagonistas. Fruto de vuestro esfuerzo esta segunda corbeta construida para la marina saudí se hace próximamente a la mar. Por eso, hoy estoy más convencido aún de que Navantia tiene un gran futuro. Es una empresa estratégica que contribuye, con barcos como éste, a mejorar la seguridad y defensa de los ciudadanos de cualquier país del mundo. Seguiremos siendo motor de crecimiento económico y de empleo, porque nuestros astilleros de la Bahía de Cádiz van a continuar impulsando el progreso de la comarca y de nuestra transformación digital”, ha remarcado.
El vicealmirante Al-Ghofaily, por su parte, ha destacado que la entrega de la corbeta “marca los últimos e importantes hitos de su vida de fabricación, que ha durado 38 meses durante los cuales se han dedicado las mejores tecnologías a su construcción e integración con los sistemas de combate de vanguardia”.
“Alsarawat y muchos otros ambiciosos programas de adquisición de la RSNF son un claro compromiso de las Reales Fuerzas Navales Saudíes hacia el cumplimiento de los objetivos estratégicos de la Visión 2030 del reino, creando una nueva era de capacidades navales sofisticadas y eficientes para afrontarlos retos de hoy y de mañana, al tiempo que se incrementa la fuerza de la industria militar nacional».
Además, ha subrayado que desde el pasado mes de enero, el buque ha sido sometido a intensas pruebas de mar para estar hoy listo y plenamente capacitado para llevar a cabo las misiones que se le han asignado, un “importante logro que es una clara indicación de las capacidades de Navantia y de su determinación para alcanzar un éxito notable en el proyecto Alsarawat».
El comandante de la RSNF ha agradecido su compromiso con el programa al presidente de Navantia y al DIGAM, en particular por la contribución de la Armada al entrenamiento de las tripulaciones.
El CEO de SAMI ha destacado que “es un momento de logro y orgullo para la industria de defensa saudí”. “Esto no habría sido posible sin el apoyo y la orientación que seguimos recibiendo de los sabios dirigentes de nuestro querido país. También me gustaría extender nuestro reconocimiento y gratitud a las Reales Fuerzas Navales Saudíes por su confianza en nosotros. Nuestra cooperación con Navantia dio lugar a la creación de nuestra empresa conjunta, SAMINavantia, que desarrolló el primer sistema de gestión de combate naval saudí, HAZEM, contribuyendo así a la localización del sector de la defensa mediante la transferencia de tecnología y el fomento de nuestros excepcionales talentos saudíes”, ha señalado.
El director del Negocio de corbetas y buques de acción marítima de Navantia, José Antonio Rodríguez Poch, ha puesto en valor tanto la construcción del buque como el entrenamiento de las tripulaciones y ha dedicado palabras de agradecimiento a la plantilla, la industria auxiliar y de soporte, la Armada y las sociedades de clasificación por su contribución al éxito del programa: «Gracias por acompañarnos en este programa y en los futuros».
La corbeta Al-Diriyah tiene una eslora de 104 metros, una manga de 14 y es capaz de transportar a un total de 102 personas entre tripulación y pasaje. El contrato para la construcción de cinco corbetas entró en vigor en noviembre de 2018 y, desde que se procedió a la botadura de la primera unidad (en julio de 2020), Navantia botó las cinco unidades con una cadencia de cuatro meses entre cada una de ellas, lo que supuso lograr este hito en un tiempo récord de tres años. Las entregas se están produciendo al cabo de poco más de tres años del corte de la primera chapa de cada buque.
Las corbetas están basadas en el diseño Avante 2200, adaptadas a los requerimientos de Arabia Saudí, ofreciendo prestaciones avanzadas, un excelente comportamiento en el mar, alta capacidad de supervivencia y capacidad de operación a temperaturas extremas.
De forma paralela, alrededor de 500 tripulantes de estas corbetas están completando el proceso de formación y capacitación en el Navantia Training Centre (NTC) en San Fernando.
Además del contrato de corbetas, Navantia acordó con SAMI (Saudi Arabian Military Industries) la creación de una joint venture en Arabia Saudí, una alianza que permite a Navantia posicionar sus sistemas integrados y soluciones tecnológicamente avanzadas en el mercado árabe y área de influencia, y está alineada con la estrategia de internacionalización de la compañía.
El contrato supone una carga de trabajo global de alrededor de siete millones de horas, 6.000 empleos durante cinco años. De estos, más de 1.100 son empleados directos, más de 1.800 empleados de industria colaboradora (participan más de un centenar de empresas) y más de 3.000 empleados indirectos generados por otros suministradores.
El programa, cuyo último buque deberá ser entregado en el año 2024, incluye, además de la construcción, el Apoyo al Ciclo de Vida durante cinco años, desde la entrega del primer buque, con opción a otros cinco años adicionales.
También incluye el suministro de varios servicios, tales como apoyo logístico integrado, adiestramiento operacional y de mantenimiento, suministro de Centros de Formación y Adiestramiento para el Sistema de Combate y Sistema de Control de Plataforma de los buques, el Apoyo al Ciclo de Vida y los sistemas para el mantenimiento de los buques en la Base Naval de Jeddah.
Navantia entrega a la Real Marina de Arabia Saudí la segunda corbeta tipo Avante 2200. |