El Gobierno de España ha aprobado la construcción de un nuevo buque de rescate de submarinos que podría también realizar misiones de protección del patrimonio subacuático.
El nuevo proyecto, denominado Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS), cuyo coste ha ascendido hasta los 192 millones de euros (unos 195 millones de dólares), reemplazará al único buque español de rescate existente: Neptuno (A-20).
Además del rescate de submarinos y búsqueda de tesoros, la nueva nave estaría involucrada en los casos de hundimiento de pesqueros o la caída de aviones y helicópteros al mar para la recuperación de cadáveres o restos de las aeronaves. También se utilizaría para desactivar explosivos submarinos o para la remoción o colocación de obstáculos.
A diferencia del Neptuno, el BAM-IS podrá permanecer fijo en cualquier punto del océano, incluso en condiciones climáticas poco favorables, gracias a su sistema de posicionamiento dinámico. Dispondrá de radar de barrido lateral, dos cámaras hiperbáricas, sistemas de suministro de emergencia a una nave hundida y un helipuerto para evacuar heridos.
El barco también estará equipado con el Sistema de Rescate de Submarinos de la OTAN (NRSS), que incluye un sumergible operado por control remoto que se acopla al submarino hundido para evacuar a la tripulación.
Para las tareas de búsqueda el futuro buque dispondrá de dos robots submarinos, guiados por cable y equipados con cámaras que permitirán identificar los buques hundidos cerca de las costas españolas que podrían descartar los casos de saqueos de los tesoros de la nación, como pasó con la fragata Nuestra Señora de las Mercedes en 2007.
El Ministerio de Defensa de España ha incluido el nuevo buque en su proyecto de presupuesto para el 2021. Se planea que su construcción en el astillero de Navantia en el Puerto Real (Cádiz) tardará unos 36 meses y estará disponible para el 2024.
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