El Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia ha encargado a Dassault Aviation siete aviones de vigilancia marítima e intervención para la Armada francesa, con la opción de que otros cinco se confirmen en 2025. El pedido, valorado en 1.300 millones de euros, será un soplo de aire fresco para el fabricante francés en un momento de crisis para la industria de la aviación.
El avión, conocido como el Albatros, se basa en el fuselaje de un jet comercial Falcon 2000, mejorado con una serie de aviónica especial. Está equipado con un radar de vigilancia marítima desarrollado por Thales y un sistema optrónico fabricado por Safran. Su misión es combatir el tráfico de drogas, la piratería y la pesca ilegal, así como ayudar en las operaciones de búsqueda y rescate.
Eric Trappier, CEO de Dassault Aviation, ha dicho "El Falcon 2000 Albatros es una aeronave de alto rendimiento equipada con la misión y el sistema de sensores de última generación. Varios países están interesados en estos aviones, que constituyen una respuesta eficaz a los considerables desafíos de la protección y la seguridad marítima del territorio y de la acción del Estado en el mar".
Los aviones de vigilancia marítima y de intervención (AVSIMAR) de la Armada francesa sustituirán a la envejecida flota de los aviones militarizados Falcon 50 y Falcon 200, que están a punto de cumplir 40 años de servicio. Los cinco Falcon 200 Gardian tienen actualmente su base en el Océano Pacífico, a saber, en Tahití (Polinesia Francesa) y Numea (Nueva Caledonia), mientras que los ocho Falcon 50M tienen su base en Lorient (oeste de Francia).
El contrato de desarrollo y producción debería asegurar 150 puestos de trabajo en varios sitios de Dassault Aviation. En octubre de 2020, el fabricante ya había recibido del Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia un pedido de 12 aviones de combate Rafale para sustituir los aviones de segunda mano tomados del inventario de la Fuerza Aérea Francesa en beneficio de Grecia.
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