Un helicóptero de ataque Mi-35M 'Caribe' perteneciente al Ejército Bolivariano de Venezuela se estrelló en la tarde de este 9 de septiembre cuando adelantaba una misión de patrullaje en una zona cercana a la frontera con Colombia.
Según medios venezolanos, la aeronave de fabricación rusa se precipitó a 11 millas de distancia de Casigua El Cubo, la capital del fronterizo municipio Jesús María Semprúm, cuando se encontraa efectuado vuelo estacionario a baja altura y perdió efectividad del rotor de cola, ocasionado un aterrizaje brusco, con daños considerables a la aeronave.
La unidad de matrícula 00766 era piloteada por Hernán Alberto Vargas Correa y el primer teniente Carlos Eduardo Alcalá Escalona. También le acompañaban el primer teniente Anderson David Orozco Mendoza y el sargento mayor de tercera Víctor Alfonzo Andrades Sandoval. Todos están fuera de peligro con escoriaciones y contusiones leves.
El siniestro, que dejó la multimillonaria y moderna máquina como pérdida total, será investigado por una comisión de técnicos y expertos encargados de determinar las causas exactas del accidente.
En el Mi-35M2 siniestrado, perteneciente al 716 Batallón de Helicópteros Multipropósito Coronel Mauricio Encinoso, es el segundo aparato de este tipo que pierde el Ejército Venezolano en menos de 18 meses. Cabe recordar que en febrero de 2019 otro Mi-35M 'Caribe' venezolano se estrelló mientras adelantaba entrenamientos preparatorios a los ejercicios militares 'Bicentenario de Angostura 2019', en el polígono militar de El Pao, estado Cojedes.
La flota de helicópteros Mi-35M2 de Venezuela fue sometida recientemente a trabajos de mantenimiento mayor y repotenciación en Rusia. Estos helicópteros fueron fabricados en 2006 y según los manuales de operación debían ser sometidos a su primer mantenimiento general luego de seis años de operación o mil horas de vuelo.
Durante muchos años estuvieron estacionados en la Base Aérea 'La Carlota' de la ciudad de Caracas con serios problemas en sus rotores de cola y fisuras en su estructura, lo que les impedía volar con seguridad.
Es por esto que el Comando de la Aviación del Ejército Venezolano contrató con le empresa Roverstol, a través de la corporación rusa Rosoboronexport una inspección y reparación general a las aeronaves para restablecer las capacidades de vuelo y de combate que durante mucho tiempo fueron precarias.
Con este accidente la Aviación del Ejército de Venezuela quedaría con un total de 8 helicópteros Mi.35M2 "Caribe en su inventario".
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