Cuatro buques de guerra y aeronaves de patrulla marítima y guerra antisubmarina pertenecientes a la Armada de los Estados Unidos desarrollaron en días pasados un ejercicio naval en el Mar Caribe, como parte su despliegue a la región en la misión anti-narcóticos ordenada por el Presidente Donald Trump a principios de abril.
Entre las cuatro embarcaciones se destacan tres destructores de la Clase Arleigh Burke: el USS Lassen (DDG-82), el USS Preble (DDG-88) y el USS Farragut (DDG-99), además del buque de combate litoral de la Clase Freedon USS Detroit (LCS-7); los cuales se encuentran asignados a la Cuarta Flota de la Armada de Estados Unidos y están operando activamente en el área de responsabilidad del Comando Sur del país norteamericano.
El desarrollo de estos ejercicios fue confirmado mediante mensajes y fotografías publicadas en las redes oficiales de las Fuerzas Navales del Comando Sur que además de los poderosos buques de guerra, mostraron la participación de helicópteros Sikorsky MH-60R Seahawk y aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon del Escuadrón de Patrulla Marítima VP-26, basado en Jacksonville, Florida.
Cabe recordar que a principios de abril, Donald Trump anunció que Estados Unidos lanzó la operación antidrogas más grande y jamás vista en el hemisferio occidental, con un impresionante despliegue naval y aéreo, con el fin de impedir que regímenes dictatoriales se aprovechen de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 e inunden de narcóticos las calles estadounidenses.
La Armada norteamericana envió buques de distinto tipo y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos aviones de inteligencia cerca de las costas de Venezuela, justo después de acusar de “narcoterrorismo” al líder chavista Nicolás Maduro.
“Hoy, Estados Unidos está lanzando nuevas operaciones antinarcóticos en el hemisferio occidental para proteger al pueblo estadounidense del flagelo mortal de los narcóticos ilegales. No debemos permitir que los cárteles de la droga exploten la pandemia para amenazar la vida de los estadounidenses", declaró el mandatario durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.
En este sentido, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, también presente en la conferencia de prensa, aseguró que algunos grupos criminales se podrían estar aprovechando del desconcierto generado por el coronavirus.
"Recibimos hace algún tiempo informes de inteligencia que apuntaban que cárteles iban a intentar aprovechar la situación creada por el COVID-19 para introducir más drogas en nuestro país", explicó Milley, quien rechazó entrar en detalles antes de concluir: "Estamos en guerra con el COVID-19, estamos en guerra con los terroristas y estamos en guerra con los cárteles de la droga".
El presidente agregó que, en cooperación con 22 naciones asociadas, el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EE.UU. aumentará la vigilancia, la interceptación y la incautación de los envíos de drogas y brindará apoyo adicional para los esfuerzos de erradicación que se están llevando a cabo en este momento a "un ritmo récord".
"Estamos desplegando destructores adicionales de la Armada, barcos de combate, aviones y helicópteros, patrulleras de la Guardia Costera y aviones de vigilancia de la Fuerza Aérea, duplicando nuestras capacidades en la región", detalló Trump.
Así es la flota de buques desplegada en el Mar Caribe
Luego de esta orden, el Comando Sur ha venido incorporado diversas naves de guerra y guardacostas que se han sumado a las operaciones de la Cuarta Flota en sus operaciones en el Caribe y el Pacífico Oriental.
Por lo menos cinco destructores misilísticos de la Clase Arleigh Burke, que hasta hace poco tiempo estaban basados en el Medio Oriente como activos de la Quinta Flota, se han desplegado en Latinoamérica. Entre ellos se encuentran los destructores USS Pinckney (DDG 91), el destructor USS Kidd (DDG-100) -que debió ser retirado de la operación por un brote de COVID-19 a bordo-, el USS Lassen (DDG-82), el USS Preble (DDG-88), el USS Farragut (DDG-99) y recientemente el USS McFaul(DDG-74).
Además de estas poderosas embarcaciones, que se encuentran entre las más letales del inventario naval estadounidense, fueron desplegados a la región el USS Detroit (LCS-7), la patrullera USS Tornado (PC-14) los guardacostas USCGC James (WMSL-754) y el USCGC Waesche (WMSL-751), además de sus helicópteros.
La flota desplegada cuenta además con el barco de aprovisionamiento USNS Laramie (T-AO-203) encargado de proveer combustible, alimentos y suministros en alta mar a las naves en operaciones, lo cual ampliará el tiempo de duración de las misiones antes de regresar a puerto. El USNS Laramie se encuentra actualmente en aguas del pacífico panameño tras navegar desde Florida.
Sobre la Cuarta Flota
La Cuarta Flota, dependiente del Comando Sur, fue reactivada el cinco de mayo de 2008 después de medio siglo de haber sido disuelta; y le fue confiada como área de responsabilidad las aguas del Caribe, América Central y América del Sur, pero en ese momento no le fueron asignadas embarcaciones.
La Cuarta Flota existió durante una década como una instancia administrativa, adscrita al Comando Sur y que disponía de las naves que temporalmente le fueran asignadas desde otras flotas. Esta situación está tendiendo a cambiar tras la aprobación por Trump de los planes diseñados por el Comando Sur de multiplicar los activos militares en el Hemisferio Occidental, por ahora orientados a la ejecución de operaciones antinarcóticos.
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