A tan solo un par de días de disparar cohetes de corta distancia, el régimen comunista de Corea del Norte volvió a realizar una prueba de misiles balísticos tácticos. Esta vez se trató de dos misiles no identificados, pero similares al sistema ruso "Iskander", que expertos consideran pueden ser de un tipo más avanzado. Según la prensa estatal de Corea del Norte, las pruebas son “rutinarias” y de “autodefensa”.
Esta vez los proyectiles fueron dos, lanzados con diez minutos de diferencia en torno a las 16.30 hora local desde el oeste del territorio norcoreano, en las cercanías de la base militar de Sino-ri. Los dos proyectiles cruzaron la península en dirección hacia el este antes de caer al mar. El primero recorrió 420 kilómetros; el segundo, 270, según los datos que ha divulgado la Junta de Jefes de Estado Mayor surcoreana. La altura máxima alcanzada fue de 50 kilómetros.
En la Casa Blanca, Trump dijo que observa el lanzamiento de misiles "muy seriamente" y deploró este paso dado por Pyongyang. "Eran misiles más pequeños, misiles de corto alcance. Nadie está contento con eso", dijo el presidente a periodistas. "La relación continúa. Pero veremos qué pasa. Sé que quieren negociar, hablan de negociar. Pero no pienso que estén listos para negociar", apuntó.
La vocera del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, Ko Min-jung, enfatizó que los lanzamientos de misiles norcoreanos “provocan preocupación” y no reducen las tensiones en la península de Corea. La portavoz indicó que a raíz del disparo de los proyectiles “se ha fortalecido la observación y la vigilancia en caso de un nuevo lanzamiento desde Corea del Norte, y ha mantenido una postura integral en estrecha coordinación con Estados Unidos”, informó.
Los lanzamientos norcoreanos realizados el pasado 5 de mayo y los de este jueves, suceden cuando las negociaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos (EE.UU.) para desnuclearizar la península coreana se encuentran detenidos.
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