Estados Unidos ha desplegado nuevamente un escuadrón de aviones de ataque A-10 Thunderbolt a Afganistán, reforzando así la campaña aérea contra los talibanes que se lleva a cabo en asociación con las fuerzas de seguridad afganas.
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos aseguró que el avión, comúnmente conocido como el "Warthog", ayudará a suplir las necesidades de apoyo aéreo cercano y capacidad de ataque de precisión, necesarias para realizar misiones antiterroristas y contra las fábricas de drogas que financian actividades insurgentes.
A esos aviones se unirán los aviones no tripulados MQ-9 Reaper para "vigilancia armada" y reconocimiento del campo de batalla, y los helicópteros HH-60G Pave Hawk para la recuperación de personal, según un comunicado militar.
Según lo informado por la Fuerza Aérea: "Los ataques de precisión que efectuarán los aviones A-10 afectarán a los talibanes donde son más vulnerables: sus fuentes de ingresos y sus ganancias derivadas de la producción y venta de narcóticos ilegales".
La nueva política del presidente Donald Trump ya ha aumentado drásticamente la cantidad de ataques aéreos contra objetivos militantes y se espera que el regreso del A-10 aumente en el esfuerzo de guerra. Estados Unidos lanzó en Afganistán casi 1.900 bombas en los últimos cuatro meses de 2017, en comparación con solo 524 en el mismo período del año anterior.
"Con la llegada de nuevos recursos aéreos y la creciente capacidad de los pilotos afganos, los talibanes tendrán una mirada constante hacia el cielo, ya que una lucha unificada integrada apunta directamente a ellos", dijo el comandante General James Hecker, comandante estadounidense en Afganistán.
El anuncio del martes también aseguró que la Fuerza Aérea Afgana (AAF) duplicará con creces su flota de aviones durante los próximos siete años. La introducción de aviones de ataque AC-208 y helicópteros de asalto UH-60 Black Hawk, así como aviones de ataque A-29 adicionales y helicópteros de ataque MD-530 son parte de los aviones que fortalecerán la AAF.
Los críticos han advertido que es probable que la guerra en Afganistán se intensifique en 2018 a raíz de una intensificada campaña militar de EE.UU. en un país donde las víctimas civiles alcanzaron niveles récord en el año anterior.
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