Los sumergibles de clase Ohio son la espina dorsal de las fuerzas estratégicas submarinas de la Armada estadounidense. Con megatones de fuerza nuclear a bordo, estas naves son capaces de borrar de la faz de la tierra a países enteros, asegurando el predominio de los intereses de Washington en todo el mundo.
Diseñados en la década de 1970, los 18 submarinos de este tipo fueron botados entre los años 1981 y 1997. Con una velocidad operacional de 20 nudos, tienen unos 170 metros de largo y desplazan unas 18.750 toneladas de agua. A día de hoy, son los submarinos más grandes construidos en EEUU y los únicos cargadores de misiles estratégicos de la Marina de EEUU.
Los Ohio transportan un total de 24 misiles balísticos de tipo UGM-133 Trident II, acomodados en dos filas de doce silos. Cada Trident II tiene un alcance máximo efectivo de 12.000 km y cargan un total de ocho ojivas de 100 a 475 kilotones en cada unidad, unas 35 veces más potentes que la bomba Little Boy arrojada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.
Cada submarino Ohio sale al mar con un total de entre 19,2 a 91,2 megatones de carga nuclear dependiendo de la configuración de las ojivas. Los expertos en control de armamentos Hans M. Kristensen y Robert S. Norris calculan que Estados Unidos tiene entre cuatro y cinco submarinos de clase Ohio en 'alerta' de manera simultánea.
El fin de la Guerra Fría trajo consigo una serie de cambios en las flotas de misiles submarinas de EEUU y Rusia. Según los términos del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas START II, el número de sumergibles con armamento nuclear que ambas partes podían equipar se redujo de 18 a 14. Además, el nuevo tratado comprometió a ambas partes a mantener la cantidad de misiles desplegados simultáneamente en 240 unidades.
Esto llevó a la Marina de EEUU a transformar a cuatro de los 18 Ohio en sumergibles lanzamisiles de crucero o SSGN, por sus siglas en inglés. 22 de los 24 tubos de 2,2 m de diámetro, usados originalmente para los misiles Trident II, fueron modificados en sistemas de lanzamiento vertical, con hasta siete misiles de crucero BGM-109 Tomahawk cada uno.
Cada uno de estos cuatro Ohio es capaz de atacar hasta 154 blancos con ojivas de una tonelada a una distancia de casi 1.600 kilómetros, lo que lo hace un arma poderosa en conflictos convencionales, no nucleares. Esto les da la posibilidad de actuar como 'un mazo rompe puertas', realizar un potente ataque a distancia a los puntos de control y defensas antiaéreas enemigas y abrirle el paso a la aviación amiga.
Los 18 Ohio probablemente permanecerán en servicio unos 40 años más, dependiendo de lo bien que sus reemplazos —los futuros submarinos de clase Columbia— se apeguen al plan de producción. Estos gigantes submarinos no solo son las máquinas de guerra más grandes jamás construidas en EEUU, sino, sin duda, también algunas de las más mortales.
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