Un avión militar T-154 ruso sobrevoló a muy baja altura este 9 de agosto el espacio aéreo sobre el Capitolio, el Pentágono, la Casa Blanca, varias residencias presidenciales y un bunker secreto situado cerca de Washington, capital de los Estados Unidos, según informó la cadena estadounidense CNN.
Representantes de la Fuerza Aérea de EEUU se encontraban a bordo del avión ruso y el vuelo se realizó en el marco del Tratado de Cielos Abiertos que permite a los aviones militares de Rusia realizar vigilancia aérea sin armamento sobre el territorio de los 34 países que firmaron el citado documento.
El Tratado de Cielos Abiertos entró en vigor el 1 de enero de 2002 y actualmente cuenta con 34 Estados Miembros. Establece un programa de vuelos de vigilancia aérea sin armamento sobre el territorio de todos los países participantes. El tratado está diseñado para mejorar el entendimiento y confianza entre todos los participantes, independientemente de su tamaño, mediante la obtención de información sobre los efectivos y operaciones militares que puedan afectarles. El Tratado de Cielos Abiertos constituye uno de los mayores esfuerzos internacionales en pos de la transparencia militar.
Dan Gaffney, un portavoz del Departamento de Defensa de EE.UU., explicó al respecto que no podía confirmar la trayectoria del avión hasta que terminara su misión. “Una misión típica tiene varios segmentos (vuelos) que se suceden durante varios días”, ha señalado.
Tanto Rusia como EE.UU. son signatarios del Tratado de Cielos Abiertos firmado en 1992, y desde ese entonces más de 1.200 vuelos se han llevado a cabo, lo que contribuye a la verificación del cumplimiento de los acuerdos de control de armas, de acuerdo con la Agencia de Defensa para la Reducción de Amenazas de EE.UU.
Sin embargo, altos funcionarios militares y de Inteligencia de Estados Unidos temen que Rusia, mediante dichos vuelos, logre recabar datos de Inteligencia sobre la nación norteamericana.
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