El grupo de ataque del portaaviones ruso Admiral Kuznetsov y el crucero nuclear Pedro el Grande, llegó a su base permanente en la ciudad rusa de Severomorsk (región de Múrmansk) tras cumplir una operación antiterrorista de gran envergadura en Siria junto a los buques de guerra Serguéi Ósipov, Kama y el remolcador Nikolái Chiker.
Este hito marca la primera vez que la Armada Rusa realiza una misión de gran escala empleando una flotilla de buques y aviones de combate de la aviación naval embarcados.
Sin embargo esta campaña militar estuvo plagada de graves incidentes que sirvieron para mostrar el precario estado del único portaviones rusos y la poca experiencia de las tripulaciones de sus aviones de combate en este tipo de operaciones. Durante su crucero, el Kuznetsov perdió un Sukhoi SU-33 y un MiG-29KR luego que el cable de detención -que está diseñado para atrapar a los aviones durante su aterrizaje- se rompiera, causando que los aviones cayeran al mar; además de esto, el antiguo sistema de propulsión del buque no le permitía desarrollar grandes velocidades, por lo que todo el grupo de ataque debía moverse a una velocidad paquidérmica.
No obstante, durante los dos meses que este portaaviones adscrito a la Flota del Norte ha permaneció en aguas del Mediterráneo oriental frente a las costas sirias, sus pilotos navales realizaron un total de 420 vuelos y destruyeron 1.252 objetivos terroristas en territorio sirio. Se trata de la primera vez en la historia de la Armada rusa que se realiza una campaña militar a gran escala con el uso de la aviación naval, ha informado el Ministerio de Defensa ruso.
Admiral Kuznetsov, el buque más grande de la Marina de Guerra rusa, es capaz de mantener a bordo 20 aviones y 17 helicópteros, entre ellos cazas Su-33 y MiG-29K, así como helicópteros polivalentes Ка-27 y de reconocimiento Ка-31, además de varios sistemas de misiles.
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