El tanque de guerra K2 Black Panther, desarrollado por la empresa surcoreana Hyundai Rotem, hará su primera aparición en América Latina durante la feria internacional de defensa SITDEF 2025, que se celebrará en Lima, Perú, del 24 al 27 de abril. Esta presentación se produce en el marco del reciente acuerdo firmado entre Corea del Sur y el gobierno peruano para la adquisición de esta plataforma, en lo que representa un paso clave en la renovación de las capacidades blindadas del Ejército del Perú.
Este acuerdo es un paso preliminar en el proceso de adquisición del Ejército peruano, destinado a definir el volumen y alcance del suministro de armamento terrestre antes de firmar contratos específicos de ejecución. Las fases posteriores incluirán detalles sobre plazos de entrega, especificaciones técnicas, formación, mantenimiento y otros aspectos clave.
El K2 Black Panther es considerado uno de los carros de combate más avanzados en servicio en la actualidad. Cuenta con un cañón de 120 mm de ánima lisa y largo calibre, compatible con munición estándar de la OTAN, así como con proyectiles de energía cinética de nueva generación. Dispone de un sistema de cargador automático que le permite mantener una cadencia de fuego elevada, incluso en movimiento. El sistema de control de tiro incorpora sensores de última generación, incluyendo una computadora balística, visor térmico panorámico, telémetro láser y capacidad de adquisición automática de blancos. Esta combinación permite disparos precisos en todo tipo de condiciones, tanto diurnas como nocturnas.
En cuanto a protección, el K2 integra blindaje modular de tipo compuesto y un sistema de protección activa que detecta y neutraliza amenazas como misiles antitanque y municiones de carga hueca. La movilidad es otro de sus puntos fuertes: el tanque incorpora un motor diésel de 1.500 caballos de fuerza, transmisión automática y una suspensión hidroneumática ajustable que le permite modificar la altura del casco y adaptarse a terrenos difíciles, como los que se encuentran en las zonas montañosas del Perú. También cuenta con sistemas de conciencia situacional que integran cámaras de visión 360 grados, sensores diurnos y nocturnos, y enlaces de datos cifrados que permiten su integración en redes modernas de comando y control tipo C4I.
La decisión de adquirir el K2 responde a la necesidad urgente de reemplazar la flota de tanques T-55 de origen soviético que el Perú mantiene en operación desde la década de 1970. A pesar de las modernizaciones puntuales, estos vehículos presentan limitaciones significativas en términos de protección, potencia de fuego y capacidad de integración con sistemas digitales modernos. La incorporación del K2 representaría un salto tecnológico sustancial que permitirá al Ejército del Perú operar con mayor efectividad en escenarios de combate actuales, tanto convencionales como asimétricos.
En términos geográficos, el diseño del K2 lo hace especialmente adecuado para el territorio peruano. Su capacidad de ajuste de altura y su avanzada suspensión lo convierten en un sistema apto para operar tanto en las planicies costeras como en las regiones altoandinas, donde la maniobrabilidad y el rendimiento del motor son esenciales. Además, su electrónica avanzada y modularidad facilitan su integración futura con nuevas tecnologías, sin necesidad de rediseñar el sistema completo.
La cooperación entre Corea del Sur y Perú en materia de defensa se ha venido profundizando en los últimos años, y este acuerdo marca un hito importante. Además de fortalecer las capacidades del Ejército, el arreglo contribuye a consolidar una relación estratégica con un socio que ha demostrado capacidad tecnológica, cumplimiento contractual y disposición a compartir conocimiento. Para Corea del Sur, esta venta también representaría una consolidación de su presencia como proveedor confiable en el mercado internacional de sistemas terrestres, especialmente luego del éxito del K2 en Polonia y del creciente interés que ha generado en países tanto dentro como fuera del ámbito de la OTAN.