El Ejército de Colombia ha sufrido una significativa pérdida con la destrucción de su primer vehículo blindado de transporte de personal Titán-C, un modelo de diseño y fabricación nacional, que fue incendiado en la población de El Plateado, ubicada en el departamento de Cauca, al sur del país.
Este incidente, ocurrido en el contexto de un ataque terrorista perpetrado por miembros del grupo disidente Estado Mayor Central (ECM), una facción de las FARC-EP, pone de relieve tanto las amenazas a las que se enfrenta la Fuerza Pública como la efectividad y resistencia del vehículo blindado en situaciones extremas.
El ataque tuvo lugar durante una operación de seguridad en la región, en la cual el vehículo Titán-C estaba desplegado como parte de la operación antiterrorista Perseo. El blindado fue incendiado tras ser atacado por los terroristas vestidos de civil, quienes aprovecharon una asonada que promovían en la zona. A pesar de que el vehículo fue completamente destruido por las llamas, todos los miembros de la tripulación lograron salir ilesos.
El Titán-C, que forma parte de un proyecto de innovación tecnológica impulsado por el Comando de Apoyo Tecnológico del Ejército (COATE), es un vehículo blindado moderno que ha sido adaptado para enfrentar los desafíos específicos que representan los grupos armados ilegales en Colombia, conocidos por realizar ataques con artefactos explosivos improvisados (AEI). Este blindado fue creado como respuesta a la necesidad de proteger al personal militar en zonas de conflicto donde las emboscadas y las explosiones son una amenaza constante.
El vehículo, que tiene capacidad para transportar hasta 23 soldados armados y equipados con sus respectivos suministros, está diseñado para resistir explosivos y proyectiles de alta potencia. El blindaje del Titán-C y su motor mejorado le permiten desplazarse con mayor velocidad y capacidad de reacción, superando los estándares de muchos de sus competidores internacionales. Esto lo convierte en una de las piezas clave en el equipo del Ejército colombiano en su lucha por mantener la seguridad en regiones de alta peligrosidad.
La unidad perdida en El Plateado fue desplegada con el objetivo de transportar comandos de las Fuerzas Armadas durante la operación en la zona, en el marco de la estrategia Perseo. En ese contexto, el Titán-C fue utilizado para llevar a cabo el transporte de personal de élite que participaba en la toma y control de la población.
El blindado Titán-C, desarrollado sobre un chasis de camión civil Chevrolet FVR, comenzó sus pruebas en 2013 y estuvo involucrado en diversas situaciones extremas a lo largo de su proceso de evaluación y desarrollo. Durante siete años, el vehículo fue sometido a pruebas rigurosas, que incluyeron al menos 10 emboscadas, en las que fue alcanzado por balas de fusil y granadas, pero sin sufrir daños significativos. En estas situaciones, la resistencia del Titán-C se demostró de manera destacada, lo que le valió el apelativo de "La Bestia" debido a su capacidad para resistir ataques directos sin poner en peligro la vida de los soldados a bordo.
En 2021, el Ejército de Colombia comenzó a incorporar estos vehículos a su flota, desplegando el primer Titán-B en el departamento de Arauca, una de las regiones más afectadas por las actividades de grupos terroristas. El propósito de este despliegue fue proteger a las tropas colombianas durante sus operaciones en áreas de alta vulnerabilidad, donde los ataques con explosivos y emboscadas son frecuentes. En la actualidad, el Ejército de Colombia cuenta con 11 vehículos Titán operativos, distribuidos por varias regiones del país, lo que refuerza considerablemente las capacidades de defensa y protección de las fuerzas militares.
Aunque la pérdida del Titán-C en El Plateado es un golpe para el Ejército, el hecho de que la tripulación haya sobrevivido ilesa gracias al blindaje y las características de protección del vehículo pone de manifiesto la efectividad de la innovación nacional en el diseño de equipos de defensa. Este incidente resalta no solo los peligros a los que se enfrenta la Fuerza Pública en su lucha contra grupos armados ilegales, sino también el valor de contar con equipos nacionales de alta tecnología que pueden marcar la diferencia en situaciones de combate.
El ataque también pone de relieve la persistente amenaza de los grupos disidentes de las FARC-EP, como el Estado Mayor Central, que continúan operando en regiones de Colombia, utilizando tácticas de guerrilla y terrorismo para desestabilizar el orden público y atacar a las fuerzas del Estado. Este incidente resalta la necesidad de seguir invirtiendo en tecnologías de defensa que puedan enfrentar de manera efectiva los desafíos en los escenarios más complejos del conflicto armado colombiano.
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El Ejército de Colombia pierde su primer Blindado Titán-C en un ataque terrorista en Cauca |