En medio de crecientes rumores sobre la supuesta adquisición de aviones Saab Gripen para reemplazar su envejecida flota de cazabombarderos Kfir de la Fuerza Aérea Colombiana, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, afirmó que aún no hay una confirmación oficial y que la decisión final sigue pendiente de la revisión presidencial.
“Hay muchos rumores, no hay una declaración del Gobierno. Como hemos dicho, esperamos la decisión del presidente de la República. Una vez adoptada la decisión por el presidente, será comunicada,” explicó Velásquez en respuesta a informaciones difundidas por medios internacionales, que apuntan a que el acuerdo con Saab estaría prácticamente cerrado.
El ministro indicó que la Fuerza Aérea Colombiana ha concluido una evaluación preliminar de las opciones disponibles en el mercado, tras un extenso proceso de selección que comenzó a finales de 2022. La competencia por el contrato, que tiene un valor estimado de 2500 millones de dólares, incluye ofertas de cuatro grandes fabricantes: el F-16 de Lockheed Martin (Estados Unidos), el Rafale de Dassault (Francia), el Eurofighter Typhoon del consorcio europeo, y el Gripen de Saab (Suecia), que tendría la posibilidad de ser ensamblado en Brasil en asociación con Embraer.
Velásquez subrayó que la decisión definitiva se tomará en los próximos días, de darse la aprobación presidencial, la selección podría anunciarse el próximo viernes 8 de noviembre, coincidiendo con el aniversario de la Fuerza Aérea Colombiana. De confirmarse la adquisición de los Gripen, esta se convertiría en una compra histórica para Colombia, pues no solo significaría la llegada de tecnología de última generación, sino que también implicaría un fortalecimiento de las relaciones de defensa con Brasil y Suecia.
La línea de producción de Saab en Brasil, la única de la compañía fuera de Suecia, comenzará las entregas de estos aviones ensamblados en territorio latinoamericano a partir de 2025, lo que permitiría a Colombia integrar rápidamente la nueva flota a sus capacidades operativas. La elección de un avión fabricado en la región también representaría una ventaja estratégica en términos de logística y mantenimiento, factores que la FAC habría valorado en su análisis técnico.
Aunque el ministro Velásquez se mostró prudente, fuentes cercanas al proceso afirmaron que el acuerdo con Saab estaría "prácticamente cerrado en un 99%", y que solo queda pendiente la aprobación final del presidente Gustavo Petro. Este último paso es crucial, dado que la modernización de la flota de combate tiene un alto impacto en la proyección de la defensa colombiana en la región, además de mejorar la capacidad de la FAC para responder a desafíos actuales y futuros en seguridad nacional.
Velásquez reiteró que el objetivo del proceso es seleccionar la mejor alternativa que garantice la seguridad del país y responda a las necesidades operativas de la FAC.
La atención se centra ahora en el próximo viernes, cuando el gobierno podría revelar su decisión final. Este anuncio, si bien esperado con interés, también ha generado cuestionamientos sobre el impacto financiero del contrato en el contexto económico actual de Colombia. No obstante, defensores de la inversión argumentan que la modernización de la flota aérea colombiana es una necesidad apremiante, dado que los Kfir, que iniciaron su retiro en diciembre de 2023, ya no cumplen con los estándares requeridos para la defensa aérea moderna.
Por lo tanto, la próxima decisión del presidente Petro será un momento clave en el futuro de la defensa colombiana, estableciendo el rumbo que la Fuerza Aérea tomará en los próximos años y la dirección que la administración quiere imprimir a la política de defensa y seguridad del país.
Colombia en la recta final para la compra de nuevos aviones de combate: Ministro de Defensa no confirma selección del Saab Gripen |