(Roberto García H / webinfomil.com) - El gobierno de Colombia destinaría mas de un billón de pesos (el equivalente a 300 millones de dólares estadounidenses) para fortalecer la defensa aérea del país, con la adquisición de un sistema antiaéreo que le permitirá proteger los puntos más importantes y la infraestructura crítica de la nación ante un posible un ataque aéreo convencional de un país enemigo.
Esta propuesta de inversión presentada por el gobierno del presidente Iván Duque ante el Congreso de la República, en el marco del proyecto de Presupuesto General de la Nación para el año 2019; busca subsanar una de las más graves falencias que han tenido las Fuerzas Militares de Colombia a lo largo de su historia y que por décadas nos ha dejado vulnerables ante posibles agresiones de regímenes autoritarios que han amenazado con violentar nuestra integridad territorial en varias ocasiones.
El próximo lunes 24 de septiembre se llevará a cabo el primer debate para discutir dicho proyecto, luego de la presentación de los ajustes que se realizaron en las últimas horas y que incluyó la adición de 800 mil millones de pesos para el sector defensa, de los cuales 300 mil millones serán destinados a apoyar el subsistema de Salud de las Fuerzas Militares y de Policía, mientras que 500 mil millones de pesos se invertirán en el aumento de las capacidades de las Fuerzas Militares y el mantenimiento de unidades a nivel nacional.
En total, el rubro de defensa y policía contará con más de dos billones de pesos para inversión con el propósito de fortalecer la unidades de atención y prevención de desastres del Ejército, de los grupos antiexplosivos, la defensa antiaérea y el despliegue de más sistemas de artillería.
"La aprobación del monto definitivo del presupuesto (por $258,9 billones de pesos) y la de este proyecto, constituyen un voto de confianza del Congreso de la República al Gobierno Nacional y a las propuestas que ha formulado para jalonar el crecimiento económico y social del país, mediante el apoyo a sectores estratégicos y la reducción de las desigualdades sociales", precisó el informe de ponencia.
Una necesidad urgente
A pesar de tener una completa y moderna red de radares TPS-70, TPS-78 y TPS-703 a los que se integra la red de sensores de la Aeronáutica Civil bajo el sistema de comando y control "Horus"; las Fuerzas Militares de Colombia nunca han tenido una capacidad de defensa antiaérea creíble a lo largo de su historia.
Sólo se han valido de un puñado de cañones de 40 milímetros -obsoletos para los estándares actuales- empleados por el Ejército Nacional y un pequeño número de misiles de corto alcance MBDA SIMBAD que se encuentran a bordo de las fragatas misileras de la clase Almirante Padilla; dejando toda la responsabilidad de defender el extenso espacio aéreo colombiano exclusivamente a los aviones de la Fuerza Aérea Colombiana, encabezados por los cazabombarderos Kfir, máquinas que hasta el día de hoy son la única esperanza de repeler un ataque extranjero.
Suplir esta falencia en nuestro sistema de defensa nacional se ha vuelto en algo imperativo y apremiante, sobre todo teniendo en cuenta las recurrentes violaciones al espacio aéreo colombiano por parte de aviones militares venezolanos y con el evidente aumento en la retórica belicista y amenazante del gobierno de Venezuela en cabeza del dictador Nicolás Maduro y de otros altos funcionarios del régimen chavista, con la cual se apunta a Colombia como un enemigo.
Por ejemplo, hace un par de meses uno de los más radicales líderes socialistas de Venezuela, el constituyente Pedro Carreño, aseguró que los cazabombarderos Sukhoi Su-30 de la Aviación Militar Bolivariana "tendrán la responsabilidad de derribar los siete puentes del río Magdalena que atraviesan de norte a sur a Colombia para dividirla en dos" en el caso que Venezuela fuera agredida militarmente desde nuestro país, al tiempo que amenazó con que el régimen de Nicolás Maduro desataría una guerra que "abarcará todo el territorio" colombiano.
A esta tensa relación bilateral se le suma la crítica situación económica, política y social que vive el vecino país, que ha provocado una crisis humanitaria de inconmensurable magnitud con millones de refugiados; y a la deslegitimación del gobierno venezolano, que no es reconocido por varios países de la región (entre ellos Colombia) y al que se le acusa de cometer sistemáticas violaciones de los derechos humanos.
Este caldeado ambiente interno ha provocado que variadas voces a nivel internacional pidan el derrocamiento del régimen opresor de Maduro, desde el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hasta el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien hace pocos días y tras finalizar una visita de evaluación a la migración venezolana en Colombia, aseguró que América Latina no debe descartar una intervención militar en el vecino país.
" (...) Una intervención militar para derrocar el régimen de Nicolás Maduro. No debemos descartar ninguna opción porque definitivamente el régimen de Nicolás Maduro lo que está perpetrando es crímenes de lesa humanidad contra la población, es violación a los derechos humanos, es sufrimiento de la gente en éxodo", dijo el funcionario de este importante organismo internacional.
Así las cosas, el escenario geopolítico regional se torna cada día más complejo y la probabilidad de que suceda un conflicto entre dos o más naciones del hemisferio, aumenta de manera inquietante. Para ese hipotético y terrible escenario es mejor estar preparados, y que mejor que reforzando nuestro hoy precario sistema de defensa aérea.
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