El Ejército Ruso recibirá el primer lote de sus nuevos tanques de guerra de última generación T-14, un vehículo blindado basado en el sistema de chasis universal "Armata", en 2020, según reportaron medios de comunicación rusos.
El periódico Izvestiya informó el pasado 12 de mayo que el T-14 entrará en servicio operacional con el 1er Regimiento de Tanques de la División Motorizada Tamanskaya, que está acantonada en Moscú.
El regimiento opera actualmente los T-72B3, una versión actualizada de los legendarios tanques de guerra fabricados en la era soviética. Las fuerzas rusas de tierra cuentan con aproximadamente 300 de estos vehículos blindados que están equipados con modernos sistemas de seguimiento automático de blancos y computadoras de control de fuego iguales a las instaladas en los T-14.
El T-14, que fue presentado por primera vez en 2015, es el primer diseño de un tanque ruso en décadas. El Armata cuenta con un cañón liso 2A82-1M de 125 milímetros como arma principal, una ametralladora de 12,7 milímetros (calibre .50) y una ametralladora de 7.62 milímetros. Moscú eventualmente reemplazará el cañón 2A82-M1 con uno de mayor calibre (152 milímetros) que mejora el alcance y la capacidad de penetración de armadura.
El T-14 está muy bien blindado contra las amenazas actuales y futuras, la tripulación de tres personas se acomoda en una cápsula protectora ubicada en el casco, desde donde operan la torreta no tripulada equipada con todo el armamento ofensivo.
El Armata está protegido por una combinación de un sistema modular pasivo de blindaje cerámico, blindaje reactivo explosivo y el sistema de protección activa Afghanit. El tanque también está diseñado para mantener un perfil bajo en el campo de batalla, incorporando medidas para reducir sus firmas de infrarrojos, radios y radares.
Rusia anunció inicialmente planes para construir 2.300 Armatas para el año 2025, pero los recortes en el presupuesto de defensa del país anularían estos planes. El desarrollo del tanque también habría sufrido retrasos debido a las sanciones impuestas por países occidentales tras la anexión de Crimea por parte de Rusia. Ciertos componentes, como las pantallas LCD de las tripulaciones de los tanques, no se fabrican en el país y deben ser importados de fuentes extranjeras.
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